El miedo al compromiso
Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al peligro y la inseguridad. Se activa como mecanismo de defensa que nos permite estar alerta para no salir dañados cuando un cambio o un peligro pueden atentar contra nuestra seguridad emocional o física.
Hablamos de miedo al compromiso para referirnos a aquella emoción específica que experimentan algunas personas que tienen dificultades para establecer vínculos afectivos como consecuencia de percibir las responsabilidades implícitas a una relación formal como una amenaza que violenta su intimidad. Esta amenaza desorganiza la «zona de seguridad» o «zona de confort», esto es, el ámbito personal que define el marco de la íntima existencia en el que nos desenvolvemos en condiciones de «ansiedad neutral», delimitado por las fronteras mentales que cada uno de nosotros construimos para procurarnos un estado de protección.
Al salirse de esa zona de seguridad, estas personas experimentan un sentimiento de malestar e inseguridad emocional que les llevará a eludir los vínculos emociones por miedo, que puede ser debido a un miedo al cambio o miedo a la perturbación del refugio de tranquilidad que se han creado.
Aunque el concepto de miedo al compromiso ha sido ampliamente divulgado en psicología, algunos autores, sin embargo, niegan la existencia del mismo, tratándolo como síntoma de una baja tolerancia a la frustración (Walter Riso), inmadurez emocional o una disonancia cognitiva relacionada con la inseguridad personal, cuando no simplemente como una excusa que algunas personas utilizan como justificación cuando pretenden dar por finalizada una relación que les nos llena.
Características de las personas con miedo al compromiso
Las personas que sufren miedo al compromiso se suelen caracterizar por sentir frustración, malestar y conflicto en la interacción con otras personas. Por esto, rehúyen las relaciones afectivas, porque ven en ese compromiso una situación que puede hacer peligrar su seguridad ante la expectativa de cambio y a la adaptación a una forma de vida diferente.
Las características más comunes en las personas que tienen miedo al compromiso son:
- Dificultad para tomar decisiones personales importantes
- Rigidez en el trato.
- Inseguridad personal.
- Dificultad para expresar sus emociones.
- Desconexión de la emoción con la realidad.
- Les gusta mantener el control de las situaciones y de las personas que conocen.
Causas del miedo al compromiso
- El estilo afectivo tiene mucho que ver con cómo hemos sido amados en nuestra infancia y en cómo hemos gestionado el apego.
- Asimismo, las experiencias vividas en relaciones de pareja anteriores o en personas próximas a nosotros tienen también una importancia significativa en la modelación de nuestros estilos afectivos: haber sido dañados por alguien en el pasado o haber sido testigos de ese daño en otras personas.
- Por otra parte, el compromiso que establezcamos en nuestras relaciones estará condicionado por nuestro nivel de autoestima.
- Otro elemento importante a considerar es la posible idealización de las relaciones de pareja, lo cual nos llevará a una búsqueda inalcanzable de la persona perfecta.
- El miedo al compromiso también es más frecuente en determinadas personas muy exigentes, con tendencia a establecer normas rígidas y a tenerlo todo bajo control.
Cómo superar el miedo al compromiso
El primer paso que tiene que afrontar la persona con miedo al compromiso es reconocer la dificultas que tiene. A partir de ahí, la terapia profundizará en el origen de ese miedo y definirá la intervención específica que es preciso desarrollar. En el proceso de intervención se desarrollarán diferentes estrategias orientadas a:
- Fortalecer la autoestima.
- Recuperar la seguridad y la confianza.
- Trabajar los pensamientos.
- Fomentar la implicación emocional en las relaciones interpersonales.
- Regularizar la necesidad de control.
- Reconocer las capacidades y limitaciones.
- Ensamblar la emoción con la realidad.
