Cómo mejorar nuestro bienestar
La mayoría de las personas sabemos identificar claramente lo que deberíamos hacer para sentirnos mejor con nosotros mismos, aquello que consideramos importante que nos convendría hacer pero que aparcamos en nuestra lista de pendientes. Y aunque lo sabemos, no siempre tomamos las acciones necesarias para lograrlo, apartándonos de nuestros buenos propósitos o demorándolos indefinidamente, varados en proyectos que no acaban de arrancar. No pocas veces, en la decisión de emprender lo que nos decimos que vamos a hacer ya tenemos en cuenta que no tardaremos en desistir o fracasar.
Esto puede deberse a una variedad de factores, como la falta de motivación, la falta de tiempo, la falta de recursos, o simplemente la dificultad de cambiar nuestros hábitos. Sin embargo, debemos ser conscientes de que hacer pequeños cambios en nuestra vida puede tener un gran impacto.
Los hábitos positivos de la vida diaria son lo que nos permite aumentar el bienestar. Aunque el poder cambiarlos está a nuestro alcance, no es posible sin tener un verdadero interés por querer modificarlos, y, al mismo tiempo, actitud y determinación para salir de esa zona de máximo confort en la que en ocasiones nos instalamos.
El neurólogo y neurocientífico Facundo Manes (PhD in Sciences, Cambridge University) afirma que existen numerosas actividades que podemos realizar para aumentar el bienestar y la salud emocional. 'Esto significa que pueden ser entrenadas, es decir, pueden desarrollarse y eso depende en gran medida de la voluntad'.
Los elementos claves para poder desarrollar este entrenamiento son: motivación, tener un plan de acción y establecerse metas a largo plazo. Si no se tiene motivación, es difícil encontrar la energía para poner comprometernos con nosotros mismos. Un plan de acción y fijarse metas a largo plazo nos ayudará a mantener el rumbo del objetivo a alcanzar y afirmarnos en los avances conseguidos.
Los cambios no suceden de la noche a la mañana. Realizar pequeños cambios con el tiempo y medir los resultados es la mejor manera de lograr resultados duraderos. Una vez que se establezcan las nuevas rutinas, es importante ser consistentes para mantenerlas.
Estos cambios pueden incluir hacer ejercicio con regularidad, mejorar nuestros patrones de alimentación, beber agua, descansar lo suficiente, prescindir del tabaco, reducir el estrés o procurar tener relaciones sociales saludables.
Se trata de introducir en nuestras vidas microhábitos positivos y enlazarlos a los que ya tenemos. Porque, como afirma la doctora en psiquiatría Amanda Rodríguez-Urrutia 'los grandes progresos no son el resultado de unas pocas decisiones esenciales en momentos señalados, sino de muchas pequeñitas cada día'.
Hay varias estrategias que pueden ayudar a cambiar pequeños hábitos en nuestra vida para mejorar nuestro bienestar a largo plazo. Algunas de ellas incluyen:
1. Establecer metas específicas y alcanzables: Es importante tener una idea clara de lo que se quiere lograr y establecer metas realistas para alcanzarlo.
2. Hacer un plan de acción: Una vez establecidas las metas, es importante tener un plan detallado de cómo se van a lograr.
3. Tomar medidas graduales: Es mejor cambiar un hábito en lugar de tratar de cambiarlos todo de golpe.
4.Ser paciente: El cambio no sucede de la noche a la mañana, así que es importante tener paciencia para lograr el resultado que quieres.
5. Persistencia y disciplina: Enfrentar cada pequeño logro con la actitud que esto supone un paso más para alcanzar la meta.
6. Reflexionar sobre los avances y aprender de los errores: Anotar y reflexionar sobre los avances y los errores pueden ayudar a identificar lo que funciona y lo que no, para mejorar en el proceso.
7. Buscar apoyo: Puede ser contar útil con el apoyo de amigos, familiares o un profesional de la salud para ayudar en el proceso de cambio.
