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Aprender a perdonarse

10 de mayo de 2022
Aprender a perdonarse

Haber actuado de una manera desacertada o equivocada, apartarse de los propios valores por debilidad o por actitudes interesadas, incurrir en conductas que resultaron erradas o injustas, son algunas de las circunstancias que constituyen una experiencia que nos es común a todos y que motivan un sentimiento de malestar con nosotros mismos. También, en algunos casos, haber tenido sentimientos, pensamientos o deseos íntimos en perjuicio de otros.

Y es que, si cometer errores es inevitable, en algunas personas haber errado van más allá de una contrariedad pasajera para transformarse en una seria dificultad que llega a afectar a su bienestar psicológico y emocional. Entonces una acción desacertada o equivocada puede llegar a constituirse en una molesta sombra que no les abandona y que les lleva a reprenderse continuamente, fustigándose y atormentándose en una espiral autodestructiva y con un sufrimiento intenso. Los pensamientos se enredan en una preocupación incesante o rumiación que retroalimentan las emociones negativas. Aunque quisieran pasar página y olvidarse de ese mal momento, no pueden cambiar el foco de atención, reconstruir su diálogo interno y poner distancia de los pensamientos y de las emociones que originan el molestar.

Cuando no somos capaces de perdonarnos a nosotros mismos y nos resulta imposible escapar de una situación concreta de desacierto personal, o cuando la forma de gestionar esas situaciones deriva hacia conductas de evitación, aparece un malestar emocional persistente y es fácil que nos invadan pensamientos o sentimientos de desesperación, tristeza y pérdida de autoestima.

Perdonarse a uno mismo va más allá de la auto-indulgencia para con las faltas, deficiencias o errores propios; tampoco está emparentado con un being happy que se destila en los manuales de la industria de la felicidad que nos venden recetas milagro para alcanzar el bienestar. Perdonarse a uno mismo significa romper la cadena de pensamientos negativos sobre las consecuencias de nuestras conductas incorrectas y poder escapar del malestar interno causado por las mismas.

Diversas investigaciones realizadas durante los últimos años han estudiado los efectos del perdón a uno mismo para la salud mental. Las conclusiones basadas en estos estudios que citan María Prieto-Ursúa y Ignacio Echegoyen, de la Universidad Pontificia de Comillas, revelan que existe una relación entre la tendencia a perdonarse y una alta autoestima, la satisfacción con la vida, el bienestar psicológico e inclusive con las conductas y actitudes prosociales. Por el contrario, el fracaso para perdonarse a uno mismo estaría relacionado con una baja autoestima, con niveles más altos de neuroticismo, depresión o ansiedad y con una disminución de la satisfacción general con la vida.

No obstante, estos autores señalan también lo que definen como el lado oscuro del perdón a uno mismo, remarcando como características negativas que puede disminuir los sentimientos negativos con respecto a las faltas, deficiencias o errores propios y, por lo mismo, hacer más probable que se repitan sin experimentar culpa, lo que finalmente puede reducir la motivación para el cambio conductual.

Los elementos clave que definirían un auténtico auto-perdón serían al menos tres: aceptación de la responsabilidad, expresión de un auténtico pesar interno, y compromiso de cambiar los patrones de conducta que llevaron a la situación. Así pues, perdonarse supone hacer un esfuerzo consciente e intencionado de superación, e implica una resolución de cambio y de comportamiento distinto en el futuro.

Ana Hurtado de Mendoza
Psicóloga en León experta en terapia de adultos, parejas y psicología infantil

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